Lávate las manos y protégete.

Hoy 15 de octubre, es la fecha que la OMS decretó para el “Día Mundial del Lavado de Manos”. Desde el comienzo de la pandemia se ha dado especial bombo y platillo a la importancia del lavado de manos y del uso del gel hidroalcohólico, pero esto era ya un hábito de nuestra rutina diaria y a través del cual evitamos el contagio y propagación de muchas enfermedades.

El objetivo por parte de la OMS de este día es fomentar en todo el mundo la práctica de la higiene de las manos como algo regular, para así evitar la propagación de muchas enfermedades que atacan principalmente al sistema digestivo, pero que puede terminar comprometiendo otras partes del organismo.

Ahora, durante la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), es particularmente importante mantener las manos limpias para ayudar a prevenir la propagación del virus. Los momentos clave para lavarse las manos recomendados son:

  • Antes, durante y después de preparar alimentos.
  • Antes de comer.
  • Antes y después de cuidar a alguien en su casa que tenga vómitos o diarrea.
  • Antes y después de tratar una cortadura o una herida.
  • Después de ir al baño.
  • Después de cambiar pañales o limpiar a un niño que haya ido al baño.
  • Después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
  • Después de tocar a un animal, alimento para animales o excrementos de animales.
  • Después de manipular alimentos o golosinas para mascotas.
  • Después de tocar la basura.

A los que hay que añadir dada la situación actual:

  • Después de estar en un lugar público y tocar un artículo o una superficie que otras personas podrían tocar frecuentemente, como las manijas de las puertas, las mesas, los surtidores de gasolina, los carritos para las compras, las pantallas o cajas registradoras electrónicas, etc.
  • Antes de tocarse los ojos, la nariz o la boca.

La higiene en nuestras manos y el uso de la mascarilla ya forma parte de nuestra nueva normalidad, y la decisión y frecuencia de protegernos y proteger a los demás va a depender en gran medida de como percibamos el riesgo y realicemos el proceso de toma de decisiones.

En esta nueva normalidad podemos ir lentamente percibiendo un menor riesgo ya que “no me ha pasado nada en estos meses”, te acostumbras a esta nueva normalidad y poco a poco puedes ir sintiéndote menos “alarmado” y bajar la guardia. Lo mismo que le puede ocurrir a un conductor que sobrepasa los límites de velocidad, pero que no ha tenido nunca una experiencia negativa…

Por ello, pesé a que la nueva “no normalidad” ha pasado a ser nuestra nueva normalidad, quiero recordarte que el riesgo sigue estando presente, y muchos otros, por ello aprovecho para recomendarte el curso de Percepción del Riesgo y Toma de Decisiones, que te ayudará aplicar herramientas para adecuar tu percepción del riesgo para cada situación y te permitirá mejorar en tu toma de decisiones.

M.G