¿Qué haces en tu día a día para desarrollar tu sentido común? ¿Consideras útil la simplicidad frente a los problemas? Hoy voy a dedicar las siguientes líneas de este post, a ese gran desconocido aun hoy en día, el sentido común, y te daré algunos consejos para que puedas desarrollarlo.
El sentido común se define como aquellos conocimientos prácticos sobre el entorno – y las creencias que compartimos en una comunidad – que se consideran aceptables, lógicos y prudentes. Es, a fin de cuentas, la capacidad que desarrollamos las personas para juzgar los sucesos o los problemas de manera razonable basándonos en experiencias previas.
“La imaginación exagera; la razón subestima; el sentido común modera” (Marlene Dietrich)
Aunque pueda parecer mentira, todos resolvemos problemas de la vida diaria a través de esta cualidad. Si no existiera el sentido común, se nos haría muy difícil poder resolver situaciones de la vida cotidiana con cierta rapidez, lo que llevaría a consumir una gran cantidad de recursos tanto físicos como mentales que acabarían por ser muy costosos en el proceso de toma de decisiones.
Muchas veces pasamos horas pensando en diferentes soluciones para un problema que se nos presenta e intentamos tomar una decisión aportando soluciones de lo más complejas y elaboradas que al final no nos reportan el resultado que esperamos. Por tanto la importancia del sentido común radica en la optimización del tiempo y los recursos, para buscar soluciones rápidas y efectivas a cualquier acontecimiento que se nos plantee, aun sin tener la información completa de dicho evento.
Esto me lleva a pensar en la famosa “Navaja de Ockham”, también conocida como “principio de parsimonia o principio de simplicidad”. Este es un principio de resolución de problemas en situaciones de incertidumbre. Lo que dice es que “en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta”. Y esto no es más que el sentido común. Pero esto no debe llevarnos a desechar otras alternativas por ser más complejas. Valora primero las más sencillas y si no te encajan continúa probando. Como bien decía Albert Einstein: “Todo se debe hacer tan simple como sea posible, pero no más simple”
Lo bueno del sentido común es que no es estático ni inmodificable, no es un fin, sino una manera de pensar, un proceso, y como todo proceso es susceptible de cambio y mejora a través de la práctica y el estímulo constantes.
A continuación te doy algunas pautas para que puedas desarrollar tu sentido común:
- Mantén la mente abierta: escucha las ideas de otras personas, aunque te asusten a priori, esto hará que puedas construir juicios más completos y objetivos en base a experiencias comunes.
- Construye una mente reflexiva: mantén siempre una actitud reflexiva y crítica cuando realices la evaluación de una situación, esto te permitirá establecer objetivos más realistas y tomar decisiones más sensatas.
- Mantente siempre informado: no dejes nunca de aprender y reaprender ya que esta es la mejor forma de crear nuevos esquemas mentales que te ayudarán a tomar decisiones ante situaciones difíciles en el futuro.
- Confía en ti mismo: realiza un esfuerzo por no dejar influenciar tu pensamiento con cualquier tipo de información, haz un ejercicio para filtrarla y adaptarla a tu realidad.
Ahora ya sabes que el sentido común es muy útil a la hora de enfrentarte a situaciones novedosas y que te generen incertidumbre. Pero ésta, aunque pueda parecerlo, no es la “opción fácil” sino que requiere de un mimo especial a la hora de trabajar, aprendiendo al máximo de las situaciones y las personas para poder emplear estos conocimientos en el futuro. Por ello, no debes descuidarte, ya que no es algo innato, el sentido común es una cualidad que hay que desarrollar, cultivar y ejercitar día a día.
Y tú, ¿Te animas a poner en práctica estos consejos? ¿Te parece útil plantearte soluciones a partir de tu sentido común?
L.A.