OPTIMISMO Y REALISMO

Cada mañana, después de desayunar suelo echar un vistazo a Twitter, Facebook y Linkedin. Y últimamente he notado que todo el mundo, tanto empresas como particulares, están empeñados en levantarme el ánimo.

Sólo veo frases de optimismo, del tipo: “tú puedes”, “consigue tu objetivo”, “persigue tus sueños”, “eres lo más valioso”, “no te dejes vencer”, “el futuro está en tus manos”, “despierta la magia que hay en tu interior”

Todo ello, muchas veces justificado con una nota a pie de frase informando de quién es el egregio hombre (porque casi siempre son hombres) que hace más creíble la sentencia.

Además, estas frases suelen ir acompañadas de entrañables imágenes, con paisajes que incluyen playas interminables, puestas de sol, flores, pajarillos, bebés rollizos sonriendo a su progenitor, parejas mirando anhelantes al futuro, corazones, pelotas amarillas con una sonrisa dibujada…

Y, de verdad, en primer lugar, no sé qué les hará pensar que necesito esa dosis de optimismo, de colores rosas y entornos melifluos cuando, por otra parte, en realidad, todo el mundo sabe que esas bonitas y entusiastas frases por sí solas no sirven para nada.

optimizar tareas de consultoríaEs como si el hecho de que aparezca en una cajetilla de tabaco una foto de un espermatozoide chuchurrío (o eso parece, porque no soy citóloga forense) con la frase “fumar puede causar impotencia”, hiciera que me planteara, ni remotamente, dejar de fumar (esto es sólo un ejemplo, de hecho, no fumo).

En fin, sólo quiero compartir contigo que hoy me siento harta de tanta frase bonita y de tanta esperanza superflua.

Claro que si tengo un sueño y no voy a por él, seguramente me arrepienta y,probablemente, tendré que echarle coraje para afrontar cualquier situación o tomar las decisiones que se me plantean en la vida. Por supuesto. Pero chicos, no hace falta que me bombardeéis con más colores pastel ni con animalitos tiernos, que ya he pillado el mensaje.

En cualquier caso, ¡deseo que tengas un gran día!