El día de todos los Santos

El día de Halloween se ha convertido en una tradición asentada en nuestro país. Los orígenes de la festividad -de la careta de Scream, la sangre falsa y las telarañas de algodón en el Vips- radican en el Samhain celta y el cristiano Día de Todos los Santos.

Durante el Samhain los puelos celtas celebraban el fin del verano (equivalente a un closing en Pachá Ibiza en nuestros tiempos). La noche del 31 de octubre al 1 de noviembre llegaba a su fin la temporada de cosecha dando paso a la “época oscura” y al año nuevo celta.

El Día de Todos los Santos según la tradición coincide con la “muerte de la naturaleza” que se produce 40 días después del equinoccio de otoño (22 de septiembre). Se cree que las almas de los niños regresan el primero de noviembre y las de los adultos el día 2.  A mí personalmente me gusta esta tradición. Es una forma de honrar y recordar a nuestros seres queridos que pasaron a descansar a gusto de una forma menos traumática. En países hispanoamericanos como México las familias participan en la decoración de altares coloridos y alegres con calaveras en forma de chuches artesanas o calaveritas del día de los muertos, que son poemas breves dedicados a los seres queridos, a la metafísica de la vida, la muerte la transición… A gusto del que discurre.

“No hay plazo que no se cumpla
Dice un dicho popular
Vámonos para el panteón
Que ya quiero festejar.

La fiesta de los difuntos
También la de los angelitos
Vamos a llevarles Flores
Para que no se sientan solitos”

En nuestras tierras es común comer dulces como Huesos de Santo o Buñuelos y son habituales las peregrinaciones a cementerios donde los familiares de los difuntos les llevan flores y ofrendas.

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Heidi Klum en su fiesta de 2014

Puede que estas tradiciones cada vez sean menos comunes -Halloween realmente es reconocible por entrar gratis a la discoteca si vas acorde con el asunto, los disfraces de Heidi Klum (en algunos hay más presupuesto que en todo el I+D de España) y la invasión de tutoriales de Youtube en los que te ayudan a pintarte como un gatito que da mucho miedo, un zombi con muchas heridas o un señor con cremalleras en la cara-. Y la verdad es que no debería estar reñida una tradición con la otra. En mi opinión podemos celebrar Halloween a la vez que nos esforzamos en conservar nuestras tradiciones y conseguimos que los cementerios, lugar oscuro por excelencia, durante el día de Todos los Santos puedan seguir luciendo el colorido de las distintas flores con las que se ha honrado a los ausentes.