Del e-learning al e-training

Contexto de incertidumbre, alta volatilidad, distancia social, rapidez de respuesta o resiliencia, son términos muy actuales que marcan nuestro pensamiento.

Las empresas y organizaciones se preparan para afrontar un futuro desconocido y una adaptación a la no-normalidad. Parte de ese reto, incluye mantener un equipo formado, actualizado y motivado, capaz de incorporarse a esta nueva realidad.

El Covid-19 ha zarandeado al tejido empresarial, rompiendo muchos de los planes estratégicos y líneas de acción. Habrás recibido múltiples emails informándote de cómo las organizaciones están adaptando sus procesos, las medidas de seguridad que han tomado, que están preparadas para afrontar el futuro y lo que no nos cuentan es ¿Cómo están preparando a las personas que componen sus empresas a esta nueva situación?

La formación, ha sido históricamente un elemento clave para la supervivencia y adaptabilidad de las compañías, pero en una situación como la que tenemos aún más. Cierto es, que las circunstancias, sobre todo el distanciamiento y la falta de movilidad, suponen un reto para la formación, aunque antes del coronavirus, las modalidades de formación a distancia e-learning y b-learning ya estaban instauradas.

Cuando hacemos procesos de consultoría en este sentido, las empresas casi de forma no intencional ponen una etiqueta de “facilona” o “secundaria” a la formación mediante estas metodologías, y lo cierto es que en muchos sentidos, la teleformación ha visto mermada su calidad, sobre todo en la interacción con los alumnos.

Es hora de pasar del e-learning al e-training y darle el espacio que merece a la interacción social en los procesos de teleformación, transformándolos no sólo en una acción para adquirir conocimientos, sino una vía para implementarlos, ajustarlos a la realidad laboral de cada cual y aprender de las experiencias de otros.

El e-learning tiene que ser un entrenamiento, una posibilidad de integrar de forma real el conocimiento a mi necesidad concreta, a mi forma de ver el mundo, en definitiva a mí y para ello, se necesita un canal, un campus para relacionarme con otros y despejar el camino hacia uno de los métodos de aprendizaje más humanos que hay, el de imitar a otros y aprender de lo que a otros les funciona.

Pero además, la formación en seguridad no puede quedar reducida al cumplimiento, conocimiento y aplicación de los procedimientos y normativas. Debe ir un paso más allá. La situación de contagio que se está viviendo y se seguirá viviendo en las empresas, no sólo se soluciona ofreciendo los medios materiales y procedimentales para evitarlo, sino que requiere de un entrenamiento de comportamientos seguros de las personas, de ajustar su percepción del riesgo , de desarrollar una fuerte cultura de seguridad y todo ello con metodologías flexibles y ajustadas a la realidad.

¡Apúntate al carro del e-training y no dejes de lado la seguridad de las personas!