CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ (PARTE I)

Hoy quiero compartir contigo cómo hemos llegado hasta aquí, que ocurrió para crear Martin Brainon.

¿Cómo se decide montar una empresa?
¿Y cuáles son los primeros pasos que se pueden dar?

En mi caso, parece que me lo pusieron fácil, las circunstancias facilitaron que tomara la decisión de emprender.
He pasado más de 17 años trabajando por cuenta ajena y, hasta el año pasado, nunca imaginé que yo podría convertirme en empresaria.
Sin embargo, tampoco era capaz de verme jubilándome en la empresa que estaba en ese momento, y llevaba tiempo aburrida de hacer lo mismo, o esa era mi sensación, y de trabajar siempre en el mismo sector industrial. Además, el verano pasado presentaron un ERE en donde, desde mi punto de vista, no lo comunicaron, dejaron a toda la plantilla desconcertada y las decisiones que tomaron fueron bastante desacertadas.

Por otra parte, aprovechando que el Moldava pasa por Praga, cambiaron las condiciones laborales y nos quedamos con un convenio colectivo completamente distinto del que habíamos conseguido hasta el momento, a lo largo de los años.

Total, que te puedes imaginar mi descontento

Al principio se puso en marcha mi mecanismo para alejame del dolor, y pensaba en términos de “qué es lo que no quiero tener”. Aunque pronto, empezó a funcionar el mecanismo de acercamiento al placer, y pensaba en todos los beneficios que me traería dejar la empresa, coger la pequeña indemnización que me correspondía, por el artículo 41.3 del Estatuto de los Trabajadores, y embarcarme en una nueva vida laboral, y personal, porque al final, todo cambio en una parte de la vida, influye en el resto y, sin duda, esta parte tenía un grandísimo impacto en todo lo demás.

Afortunadamente, en ningún momento me sentí sola en esto.
Contaba con el apoyo de mi familia y, sobre todo, con el de mi socia, con la que me lancé a emprender este viaje. Al comienzo, me preguntaba “si ella no quisiera montar la empresa, ¿yo continuaría adelante?”, y estaba convencida de que, independientemente de que ella siguiera o no, yo sí lo haría. Ahora no estoy tan segura, creo que lo decía para autoconvencerme.

Lo que tengo claro es que sí habría dejado el trabajo que tenía. A lo largo de mi vida, no tengo la impresión de haber tomado grandes decisiones por mí misma, más bien es una sensación de que era lo que tenía que hace, o las circunstancias lo han facilitado, o vete a saber.
Sin embargo, sí estoy completamente segura de que esta decisión ha sido de las mayores que conscientemente he tomado, y estoy encantada. Entonces, una vez decidí que dejaba mi trabajo, y que nos poníamos por nuestra cuenta, el siguiente paso fue buscar todo tipo de información sobre cómo crear una empresa. Algo igualmente fundamental fue tener claro a qué nos queríamos dedicar.

Ambas tenemos experiencia en la consultoría y la formación en liderazgo para la seguridad, y eso facilita mucho, muchísimo, poner el foco en lo que se quiere lograr. En las primeras semanas, fuimos a todos los seminarios, cursos, congresos, encuentros, ferias… gratuitos o muy baratos, para emprendedores.
Está bien hacer un Plan de Empresa porque, aunque sirve para concluir que te va a ir muy bien y vas a triunfar en tu nuevo negocio (una forma de autoengaño muy saludable si tienes los pies en la Tierra) al menos, te puede servir para reflexionar sobre lo que tienes, lo que quieres, lo que te falta, y ponerte las pilas para buscarlo. También es fundamental tirar de todos los contactos que se te ocurran; nunca se sabe de dónde puede venirte una gran idea o el apoyo que te va bien en ese momento.

Prepara un cuaderno para apuntar todo lo que tienes por hacer, los contactos, las ideas, y llévalo siempre contigo (y úsalo).
Aprende a manejar Excel, o dile a tu sobrina que te enseñe.
No te puedes imaginar lo fundamental que puede llegar a ser para tu nuevo negocio.
Recuerdo que, cuando contaba a amigos y conocidos que iba a dejar mi trabajo para ponerme por mi cuenta, todos me decían: «¡Qué valiente, felicidades! Y con tu experiencia, seguro que te va a ir muy bien.»
Yo también lo haría pero, ahora, con la niña, el coche, la suegra, el pájaro, el ataque de caspa…
(póngase en esta última palabra la que más te convenga en este momento), cómo cambio de trabajo, cómo busco otra cosa”. Aunque, en realidad, estoy convencida de que muchos pensaban:
“¿Estás loca? Con la que esá cayendo, te vas a meter una hostia de cuello vuelto!” (con perdón, pero es lo que pensaban).
Para terminar, por si te sirve, te dejo una frase que a mí me inspira: “Si quieres volar como un águila, rodéate de águilas”.

Así que:
-Decidas lo que decidas, vé a por ello.
Rodéate de las personas que te pueden ayudar y aportar.
No te cortes en pedir lo que necesitas, te sorprenderás de toda la gente que tienes a tu lado.
No te dejes influir por las personas que tienen miedo a los cambios y quieren contagiarlo.
Busca asesoramiento para la creación de la empresa, forma jurídica,… Hay un montón de sitios gratuitos o muy baratos.
Empieza por lo que mejor sabes hacer y más te gusta, ya sea combustible nuclear o hello kittys de ganchillo.

Continuará…

¡Que tengas un gran día!