Días más largos, flores, polen, terrazas llenas… ¡Es primavera!
Con el cambio de estación, me noto más relajada, pero más distraída y cansada en algunos momentos, y de pronto siento picos de energía repentinos.
¿Te suena?
El comienzo de la primavera, no solo altera la sangre, como habrás oído mil veces, ¡también altera el cerebro!
Según un estudio publicado en PNAS, está demostrado que en función de la estación, a nuestro cerebro le cuesta más resolver algunos procesos dependiendo de la época del año.
Se experimentó con 28 voluntarios, a los cuales se les escaneó el cerebro en diferentes épocas del año mientras estos resolvían pruebas de memoria y atención, todos en las mismas condiciones para no ser influenciados por otros factores.
Aunque la puntuación de los resultados no varió, si se observó que la forma de resolver dichos problemas cambiada dependiendo de la estación.
En verano además, podía observarse un pico de atención, mientras que en otoño se daba un pico de memoria.
Se cree que esto está directamente relacionado con el fotoperiodo, es decir, la cantidad de luz que recibimos.
Por lo tanto, dependiendo de la cantidad de luz que recibimos, nuestro cerebro haya distintas formas de resolver un mismo problema.
¡Qué pases un buen día!