Noche de Reyes

Inicia la que es, al menos para mí, una semana mágica. Desde siempre intento que el niño que hay en mí se mantenga vivo, y todo niño tiene esta semana marcada con subrayador en su calendario.

Abrir el buzón y encontrar los catálogos de todas las tiendas de juguetes de la zona, poner la televisión sólo para ver los anuncios de los juguetes que todos queríamos y jugar con mis amigos y primos a decir “me lo pido” antes que el otro, y así, asegurarte el regalo.

 

Desde pequeño ya apuntaba maneras y negociaba la cantidad de regalos que tendría, “si son 3 reyes magos me tendrán que traer el menos un regalo cada uno, ¿no papá?”. Para mí, en resumen, es un momento mágico del año en el que además venía el frio, la nieve y las chuches gratis.

Por otro lado, me entristece ver que gente de mi generación no lo vive así. Para algunos y algunas, las navidades se han transformado en una fecha más y eso es un problema. Estas fechas son especiales y dulces, pero también lo son febrero, marzo, abril… etc.

Cuando somos pequeños podemos pasarnos horas jugando con un papel o con dos piedras, ¿Por qué hoy en día necesitamos tanto? ¿De verdad hace falta tanto para ser feliz?bebe-vestido-adulto

La semana pasada nos fijamos nuestros objetivos para este año, ya sea perder peso, dejar de fumar, hacer ejercicio o dedicarnos más a personas que nos importan, yo arengo a que hagáis otro objetivo: Que el niño en vuestro interior nunca se vaya, y si se ha ido, que vuelva para quedarse. Conseguid los objetivos de este 2016 pero con una constante que no desaparezca, hay que ser feliz, y para ser feliz no necesitamos tanto.

Las pequeñas cosas, los momentos, lo que tenemos y lo que hemos tenido, perder no es malo. Si  alguna vez pierdes es porque una vez tuviste, y sí, es cierto que cuando pierdes algo o a alguien el momento se hace duro, pero todo en la vida es efímero, incluso la vida misma.

Debatí con un gran amigo sobre qué era menos malo, nacer ciego o quedarte ciego a los 20 años. Yo pensaba que mejor nacer ciego, puesto que no tienes la melancolía de cuando tenías visión y además te apañarías mejor. Su respuesta fue demoledora: “¿De verdad me estás diciendo que prefieres no tener melancolía a tener la oportunidad de verle la cara a tu madre? ¿De visualizar al que ha sido tu primer amor? ¿O de ver un atardecer cuando se nos hacía tarde en la playa?”

Suelo ser muy tozudo y no dar mi brazo a torcer en debates, pero en esta ocasión me fue imposible mantener mi postura.

Felices reyes y feliz enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre.